Las conferencias de prensa de AMLO

Las conferencias de prensa de AMLO

En este periodo de transición, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, realiza cada tres días sus conferencias de prensa en la escalinata de sus oficinas de transición. En las notas informativas se aprecian interrupciones, cláxones, gritos, porras y preguntas a modo por parte de los reporteros de la fuente. No se percibe un orden institucional y por lo general, no se aceptan réplicas ni cuestionamientos.

Los audios de AMLO en los informativos de la tarde son de más de dos minutos para que el personaje creado desde hace 18 años alargue sus mensajes clave y deje en expectativa a la audiencia o incluso, para ganar más “tiempo aire”. En televisión, el reto es mayor porque los reporteros deben finalizar sus coberturas citando ellos mismos las ideas de AMLO.

En estas conferencias de prensa, los periodistas de la fuente no cuestionan a AMLO ni a su equipo por temor a ser linchados o abucheados por las personas que asisten. De la misma manera, AMLO arropa a los reporteros agradeciendo “su apoyo” públicamente, e incluso los felicita “por haberse portado bien”. Pero los estrategas de AMLO, como lo han demostrado, no son improvisados: llevan años demostrando que son unos verdaderos genios de la propaganda y la manipulación política.

En pleno Siglo XXI, con las nuevas tecnologías y redes sociales desplazando a los medios tradicionales, la nueva forma de comunicar presidencial parece ser que irá en sentido unidireccional, con un mensaje institucional que permee hacia todas las secretarías, gobiernos estatales y Congreso y por ende a todo el público.

Sigo convencido que los errores de Enrique Peña Nieto no fueron políticos, sino una deficiente comunicación en todo su sexenio que fue bien capitalizada por AMLO y Morena. El mejor ejemplo fue Ayotzinapa en donde la matanza de los estudiantes fue ordenada por el matrimonio formado por los Abarca, aceptados por AMLO para que conservaran su poder en Iguala. Era sumamente sencillo echar a andar una maquinaria comunicacional para enterrar el prestigio del PRD que en ese momento aún se percibía ligado a AMLO, sobre todo en el Estado de Guerrero.

Sin embargo, el Gobierno Federal, creyéndose en campaña aún, prefirió no encarar a las huestes perredistas  e intentar tomar al toro por los cuernos de una manera errática, con un procurador Murillo Karam “cansado”.

Este desorden informativo por parte de Comunicación Social de Peña Nieto, dará un giro de 180 grados por una nueva forma de comunicación no apta para los nuevos tiempos, donde cualquier ciudadano se transforma en reportero. Con la eliminación de las oficinas de Comunicación Social de las dependencias federales, no solo se quedarán sin trabajo cientos de burócratas, sino que también las redacciones informativas despedirán a sus reporteros por falta de ingresos. En efecto, volveremos a un modelo comunicacional de los años setenta, donde la propaganda política, ahora con un novedoso y popular personaje al frente, cubrirá los silencios informativos de una prensa temerosa.

Cito un brillante twitt de mi admirada amiga Ivonne Melgar: “Comprendo el cariño y la admiración que mis colegas de la fuente de @lopezobrador_ le tienen al Presidente electo. Es carismático, cálido. Entrañable. Pero no deja de darme pena ajena ver cómo aplauden, echan porras e ignoran el riesgo de sustituir a la prensa por la propaganda”.